11 nov 2008

Arsenal 0 - 1 Boca



Boca sabe de presiones y como sobrepasarlas. En su historia, el Xeneize vivió cientos de situaciones de exigencia, que en su mayoría supo sortear. Hoy, en Sarandí se enfrentaba a una más de ellas. Como San Lorenzo ganó en la previa, el equipo de Ischia tenía que salir a ganar ante Arsenal para volver a ser líder del torneo Apertura junto al conjunto de Miguel Angel Russo. Pero el comienzo del partido fue tibio. Muy tibio.

Los primeros minutos fueron de un estudio exhaustivo de los dos lados. Bueno, en realidad lo fueron los 45 iniciales. Arsenal armó un equipo compacto y muy cerrado para tratar de que Juan Román Riquelme y compañía no dominaran el juego. Y lo logró. Apenas con Alejandro Gómez y Luciano Leguizamón en ataque intentó sorprender, pero nunca supo como hacerlo. Una jugada colectiva, con sombrero incluido por parte de Sebastián Carrera casi termina en gol. Pero el centro al primer palo no pudo ser conectado por el Papu y el peligro desapareció.

Ante la ausencia de Riquelme, muy intermitente en la tarde de Sarandí, el juego se trasladó a las bandas, pero no surtió el efecto esperado. Salvo por un remate desde afuera de Román, cuando iban 33 minutos, Boca no pudo llegar con demasiado peligro al arco de Cristian Campestrini. Antes, Ricardo Noir había desperdiciado una muy buena chance al tirar un centro que quedó demasiado largo para la entrada de Lucas Viatri.

Boca no hizo méritos y Arsenal se conformó con muy poco en la primera parte del partido. Ninguno pudo quebrar el cero del arco rival, pero especialmente porque no atacaron y eso quedó reflejado en el resultado. Un cero rotundo para los dos.

En la segunda etapa, la historia comenzó a cambiar pero en cuentagotas. El inicio pareció ser de ida y vuelta, con jugadas de los dos bandos, que apenas sirvieron para romper con la parsimonia que había en el estadio de Arsenal. El local llegó por intermedio de Leguizamón y Boca por Mouche, que recién había ingresado en lugar de Noir, de flojísimo partido. Pero nada. Las emociones se iban a hacer esperar.

Pero el partido volvió a caer en una meseta. Con Riquelme bien controlado por Carlos Casteglione, que por momentos pareció hacerle una marca personal al Diez, Ischia tuvo que apelar a Nicolás Gaitán, primero y Leandro Gracián después para intentar llegar a ese gol, quizás el del campeonato. Y fue justamente el trabajo del juvenil, que en más de una vez ya se disfrazó de salvador para el Xeneize, el que comenzó a abrir los espacios de la fortaleza de Arsenal en el fondo.

Con poco, Boca arrinconó a su rival en los minutos finales y tuvo que apelar a una pelota parada para llegar a la victoria. En el minuto 45, cuando todo parecía cerrar con un cero enorme y el grito de San Lorenzo de fondo, apareció Riquelme, con un mágico derechazo para clavar la pelota en el ángulo en un tiro libre. Román, que no había podido ser desequilibrante en el juego, logró serlo en la red con una de sus especialidades y por esa razón, el Xeneize volvió a la punta.

Al igual que ante Banfield, a Boca le alcanzó con apenas un gol y un juego irregular para conseguir los tres puntos y seguir soñando con el campeonato. Arsenal ya no tuvo más tiempo para nada. Ni lo hecho minutos antes del tanto xeneize, ni los desesperados intentos en los segundos finales evitaron la victoria de los de Ischia y la llegada, nuevamente, a la punta del torneo.

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